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Un maillot para mí solo

Alberto Zampetti

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Santini

El uniforme nos une y nos hace sentir un equipo. Santini lo sabe bien, y con sus servicios permite a cualquier equipo aficionado tener su propio «uniforme» con diseño, colores y logotipos personalizados. Un uniforme confeccionado con los mismos procesos y materiales que se emplean para los mejores equipos profesionales del mundo. Entre los numerosos artículos personalizados destaca el ejemplo de Coffee Before Cycling de Holanda.

Gente extraña, los ciclistas. Trabajan toda la semana y el domingo, en lugar de descansar, relajarse o distraerse, se levantan al alba, se suben a la bici y recorren kilómetros y kilómetros sobre el sillín, enfundados en sus maillots de colores. «¡Es una pasión!», dicen. Ya, la pasión. ¿De qué color es la pasión? Mira esos maillots: mil matices a pedales en el viento, ese es el color de la pasión.

Gente extraña, los ciclistas. Para ellos, el maillot no es una prenda, es una historia. Es su personalísimo relato de kilómetros, sudor, cansancio, escupitajos, esperanzas, cálculos, imprecaciones, riesgos, velocidad, escalofríos, frenazos, esprints, cantimploras, retos y cachondeo, todo sobre unos neumáticos de 23 milímetros. Cada ciclista tiene su historia y cada historia tiene su maillot.

Gente extraña, los ciclistas. Lo saben bien en Santini, que elabora los maillots. Por este motivo, desde su creación, esta empresa italiana presta un servicio de personalización de los uniformes sociales, con el fin de ofrecer a cada equipo aficionado, a cada grupo deportivo, a comerciantes con su propia etiqueta y a los apasionados en general un icono con el que identificarse, un uniforme diseñado y confeccionado según sus requisitos y sus sueños. Y se trata de un servicio a nivel mundial, no solo para el mercado italiano.

Puede ponerse como ejemplo al holandés Brian Megens: pocos lo recordarán cuando hace diez años corría en Rabobank, el equipo de su país. Hoy, terminada la carrera, gestiona dos prósperas tiendas Fixed Gear Coffee (https://fixedgearcoffee.com), en las que se combinan ricos desayunos con cualquier servicio para el ciclista. El primer punto de venta lo abrió estratégicamente a los pies del Cauberg, una zona de gran atractivo ciclista y no solo durante la Amstel Gold Race. El otro está en el centro de Maastricht. ¿Cómo se puede dar una identidad única para las dos tiendas con una sola marca?

«Muy sencillo: con un uniforme personalizado», cuenta Megens. «Conocía Santini desde que corría con los profesionales y también después, cuando empecé a aventurarme en los critériums a piñón fijo, en los que utilizaba sus prendas. Cuando decidí abrir Fixed Gear Coffee, sabía que me gustaría trabajar con Santini. Todo está bien, desde la calidad de los tejidos y el hecho de que la ropa se confeccione de forma interna a la cordialidad de las personas».

Resumiendo, Brian: no hay dudas sobre la calidad, dado que hasta el Tour de Francia se abastece de maillots oficiales en Santini. Concentrémonos en la personalización. «Tenemos un eslogan que sintetiza la filosofía de las dos tiendas: “Coffee before Cycling”. Es el lema que ponemos en nuestro merchandising (camisetas, gorras, jerséis) y en nuestras prendas técnicas de ciclismo que pedimos a Santini. Hice el primer pedido en 2019, unos sesenta maillots, y los agoté en mes y medio».

Tener un uniforme propio de referencia es, sin lugar a dudas, gratificante. Sin embargo, hay un problema: su confección no tiene muchos descuentos. Por más que un equipo aficionado sepa idear un maillot con sus colores, eslóganes o logotipos de empresa, llevar a la práctica la fantasía les corresponde a los profesionales del sector, gente experta en urdimbre y trama, en cortes perfilados a medida, en costuras ligeras y en solapamientos estratégicos. Por no hablar también de las combinaciones cromáticas: o se es un diseñador de moda que sabe ver las tendencias y colores o se corre el riesgo real de elegir un batiburrillo de colores. Luego hay mucha decepción.

Così Santini mette a disposizione una piattaforma (https://www.santinicycling.com/custom) che guida l’utente in ogni passo. Si comincia con un look-book che aiuta nell’ispirazione e che presenta un’ampia gamma di proposte tra cui scegliere o - nel caso non si fosse ancora convinti - dalla quale partire per la propria collezione personalizzata. Un passaggio utile, ma non indispensabile nel caso se avesse già una propria idea da sviluppare.

Por este motivo, Santini facilita una plataforma (https://www.santinicycling.com/custom) que guía a los usuarios en cada paso. Se empieza con una guía de estilos que ayuda a inspirarse y que presenta una amplia gama de propuestas entre las que elegir o, en caso de no estar aún convencidos, de la cual partir para crear la colección personalizada. Se trata de un paso útil, aunque no indispensable si ya se tiene una idea para desarrollar.

Mediante un formulario especial se contacta con la empresa y, después de la solicitud, el personal de Santini ayuda al usuario a elegir las mejores opciones y características para la ropa personalizada, teniendo presente sus exigencias deportivas, los requisitos y el presupuesto disponible, con el fin de hacer un cálculo detallado para el suministro. Ahora estamos en la fase de diseño, y mientras la fantasía del equipo vuela libre entre el ascenso al Stelvio o la bajada en picado hasta San Remo, el departamento gráfico de Santini trabaja en el uniforme partiendo de los colores elegidos y de los logotipos indicados.

«Nosotros queríamos dos kits personalizados diferentes: uno en azul claro/oscuro y el otro en morado/lima/amarillo –continúa Megens–, y para el kit de 2022 nos dejamos guiar por Fergus Niland, que escuchó nuestra historia. Fue en ese momento cuando comprendí lo que significa tener “tu” uniforme».

Fergus Niland, irlandés y con un título de la Escuela de Artes de Dublín, es el jovial creativo de la casa Santini. Se trata de un diseñador de envergadura internacional que domina las corrientes del mundo con la sensibilidad de la fabricación italiana. «Con Brian Megens partimos de su eslogan: “Café”», explica Niland. «¿Tenéis en mente un expreso recién servido? ¿El remolino del café ardiendo con unas minúsculas burbujas más claras en el borde de la taza? ¿No son atractivos y ricos esos colores?» Por tanto, para el kit de 2022 se pensó en algo diferente, algo que imitase esas tonalidades, pero con una paleta de colores térreos más atenuada. «Un poco para distinguir la nueva entrega de la de 2021, que era hipercinética y de muchas millas por hora, pero, sobre todo, para ofrecer a los ciclistas “Coffee before Cycling”, un reclamo inmediato también para el ciclismo por caminos –prosigue Fergus– y así combinamos los tonos crema del maillot con los culotes verde militar y una camiseta sin mangas de un elegante color siena quemado».

De la idea al diseño y del diseño a la producción. Se realiza un modelo virtual en 3D, que puede girarse en cualquier dirección para tener una visión completa y realista de lo que será el producto acabado. Este paso permite comprobar bien el diseño, los colores y la colocación y proporciones de los logotipos. Una vez aportadas las eventuales modificaciones, se llega a la implementación final, que se aplica a todos los artículos del uniforme que desee el destinatario (maillots de manga corta o larga, chalecos cortaviento, chaquetas, culotes cortos y largos, petos, bodys, accesorios, etc.).

En este punto basta confirmar para poner en marcha la producción y recibir, en el plazo de un par de meses, el suministro solicitado. El ciclismo te permite vestir tus sueños: para los ciclistas, el maillot enfunda más el corazón que los músculos. Más allá de la meta, cuando termine la competición y después de tantos kilómetros, cuántos recuerdos os vendrán a la mente con ese maillot sudado. Gente extraña, los ciclistas.

Alberto Zampetti
Alberto Zampetti es un periodista convencido de que – a pesar de la precariedad salvaje y las redacciones carcelarias– su trabajo sigue siendo el más bonito del mundo «porque en cada persona que encuentras siempre hay una historia que contar». Además del periodismo, adora (sin ningún orden en particular, pero con igual pasión e intensidad) el Lago Mayor, con los bosques de Premeno, las agujas de los Dolomitas, la Italia de Coppi e Bartali; lo que recuerda de la literatura griega, y los artículos de Gianni Brera, de Giorgio Torelli y de Marco Pastonesi, de quienes aprendió el oficio. Define como «fantásticos» los siete años que pasó en la redacción con Massimo De Luca. Le encanta montar en su bicicleta azul, último recuerdo de un pasado competitivo de hace unos cuantos kilos.
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